Por la oscuridad no veía nada. La arena tropical estaba bien calentada por el sol y por algún conocimiento innato tenía ganas de cavar hacia la superficie como si hubiera realizado ese proceso desde antes de existir. Como acabada de nacer, mis músculos estaban débiles y me sentía confundida. Sin embargo, o seguía mi instinto o sufría aquí en la arena de la playa que se calentaba más al pasar cada minuto. Descansé un momento y al cobrar todas mis fuerzas volví a buscar el sol.
Finalmente, casi muerta por trabajar tanto, vi un poquito de la luz del amanecer, la primera imagen de mi vida. Tan brillante era que no podía ver nada. Era como si un círculo gigante en el cielo quisiera dejar ciego a todo el mundo. Poco a poco, empecé a ver a mis hermanos: cientos o tal vez miles, todos tropezando por la playa en su propio ritmo lento. Iban por la playa; que tentación parecía el mar, claro que quería nadar en esa agua preciosa de color azul. Los miraba a todos mientras me preguntaba si yo tuviera la habilidad de seguirlos, pues la mayoría parecía bien cansada.
De repente, comencé a sentirme ansiosa y me quería esconder por un rato. Me metí en mi caparazón e inmediatamente me sentí mejor. Ahí, no había sol con su luz ofensiva ni estaban todos mis hermanos con quienes competir. Adentro, estaba segura. Me quedé un momento pensando, respirando y preparándome para salir con esfuerzo. De nuevo, me sentía como si ya hubiera hecho el proceso.
Finalmente, salí creyendo que no había nada afuera de mi habilidad. Yo era fuerte y no existía otra opción, excepto llegar en mi destinación, mi hogar: el mar. Esta vez, con la seguridad de que sí poseo el poder de viajar a mi destino, me fui andando con tranquilidad y paz, paciente por saber que todo lo importante viene con el tiempo. No pasó mucho tiempo hasta que sentí el agua maravillosa por primera vez. Me di vuelta para recordar en mi memoria el lugar de mi nacimiento, donde volvería cuando yo continúe el círculo de vida. Daba esperanza y buenas vibras a mis hermanos en viaje a sus propios destinos hasta que el mar me llevó y borró mis huellas, los únicos signos de mi búsqueda durante ese día.
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